1-. Promise me forever
Como padre soltero divorciado, vivo conforme a tres reglas fundamentales:
1. Asegurarme a diario de que mi hija, Paisley, sepa que es mi prioridad absoluta en la vida. Esto es innegociable .
2. Limitar al máximo el contacto con la infiel de mi ex mujer.
3. Convertir las Bodegas Maxwell en un legado sólido que garantice a Paisley una vida estable.
Sin embargo, al contratar a Lexi para cuidar de mi hija, me doy cuenta de la necesidad de añadir una nueva regla: no intentar seducir a la niñera de Paisley .
Pero incluso si hubiera establecido esa regla, habría sido en vano: la voy a incumplir de todos modos.
2-. Hold me forever
Como portero estrella de la liga de hockey sobre hielo, vivo conforme a tres sencillos principios:
1. Mantener una imagen impecable.
2. Esforzarme al máximo en el hielo.
3. No irritar a los jefes... demasiado.
Lo estaba petando hasta que un percance dañó mi imagen. Ahora, la directiva me exige que recupere mi reputación entrenando a un grupo de chavales. Y vaya si me estoy encariñando con esos increíbles mocosos, así como con la coordinadora del programa, Kendra.
Estoy decidido a demostrar mi valía, pero la atracción que siento por Kendra me pilla totalmente por sorpresa. Ella mantiene la guardia alta, pero a mí me gustan los retos.
Las instrucciones de la junta directiva son claras: Debo mantenerme alejado de Kendra.
Pero hay una razón por la que soy el mejor. Nunca permito que nadie se interponga en mi camino.
3-. Show me forever
Me mudé a Chicago seis meses atrás con el propósito de abrir por fin mi propia pastelería. Encontré un sitio para vivir cuya casera era una mujer muy dulce y me trataba como a una nieta.
Hasta que un buen día, la señora vende la casa. Y ahora tengo por casero y vecino al mismísimo demonio, ya que vivo en la casa de invitados de su propiedad. Declan Maxwell es temperamental, inflexible y demasiado serio. Por desgracia para mí, también es muy sexy.
En una ocasión, tuvo el descaro de tocar la puerta en mitad de la noche para exigirme que baje el volumen de la música, pero lo mandé a tomar por saco. Aunque en secreto, también me fijé en él. Y esa es nuestra dinámica casi todas las noches.
El hombre es insufrible, pero necesito un lugar donde vivir mientras ahorro para emprender mi negocio y la casa es una verdadera ganga. No me queda más opción que aguantar a ese apuesto diablo, y mantenerlo a distancia, porque es demasiado guapo.
Sin embargo, un buen día, al volver a casa con una herida que me hice en el trabajo, Declan me sorprende gratamente curándome la mano.
Y besándome.
Y en un abrir y cerrar de ojos, toda esa intención de mantener la distancia se hace humo.
4-. Kiss me forever
La mala suerte parece perseguirme. Ayer por la noche, decidí ir a tomar una copa al bar cercano a mi nuevo lugar de trabajo.
Allí conocí a un hombre muy sofisticado que me “robó” la mesa. Charlamos y bailamos y, por primera vez en mi vida, terminé yéndome a la casa de un desconocido.
A la mañana siguiente, descubro que mi ardiente aventura de una noche es mi nuevo jefe. Atrás quedó el chico juguetón y encantador de la noche anterior. Luke Maxwell es todo un hombre de negocios, que actúa como si nuestra noche juntos nunca hubiera ocurrido.
Es imposible complacerlo, pero estoy decidida a conseguirlo. Este trabajo es mi oportunidad de probarme a mí misma y dejar atrás tanto mi pasado como a mi ex. No voy a arruinarlo.
Pero entonces, nos vamos juntos a un viaje de negocios y terminamos varados durante la noche. En lugar de hablar de nuestro proyecto, me besa en el ascensor y monta una escena de celos, alegando que soy suya.
Al parecer, no soy la única que no puede olvidar nuestra noche juntos después de todo.
5.- Love Me Forever
«Cena conmigo».
Dos palabras.
Eso fue todo lo que Travis Maxwell necesitó para cautivarme, a pesar de que acababa de conocerlo. En mi defensa, debo decir que prácticamente nos quedamos varados al mismo tiempo y que él era el hombre más atractivo que jamás había visto.
Pasamos una semana inolvidable juntos, sabiendo que al final tomaríamos distintos caminos.
Hasta que dos líneas azules ponen mi vida patas arriba: estoy embarazada.
Travis y yo acordamos ser amigos —nada más— y centrarnos en criar a nuestro hijo.
Pero resulta que es más fácil decirlo que hacerlo.
De pronto Travis pasa de ser un gran seductor a un auténtico cavernícola, empeñado en protegerme a mí y al bebé. Me mima y cumple con todos mis antojos —incluido el suministro ilimitado de mis magdalenas favoritas—, y se queda conmigo a ver series de Netflix.
De repente, mientras discutimos sobre qué temporada de “Los Bridgerton” es la mejor, me confiesa que me quiere.
Que me necesita.
Y yo también le necesito.
Pero quiero que me quiera por mí, no solo por el bebé. Sin embargo, Travis me dejó claro cuando nos conocimos que no tenía intención de sentar cabeza, así que temo que esté confundiendo sus sentimientos.
Y no creo que esa sea la mejor receta para una relación que dure para siempre...
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