Protégeme... ¡pero de ti! por Rose M. Becker (+18)

Y si alguien amenazara tu vida... ¿Quién te protegería? 

«Entrando en el ascensor, subo al quinto piso donde ya me espera Karl Wallace, mi agente. Pero apenas abro la puerta de su oficina... me encuentro de frente con un desconocido. ¿Un desconocido? No del todo. 

–¿Señor Apuesto? 

¡Esperad! ¡Rebobinad la cinta! 

¿He dicho eso en voz alta? 

Con las manos en los bolsillos y apoyado en la pared, el misterioso rubio con ojos verdes me lanza una mirada divertida. Me quedo fija en el umbral, un poco, muy, enormemente avergonzada. Titubeo: 

–Quiero decir... 

Sí... ¿Qué quiero decir? 

–¿Qué estás haciendo aquí? 

Eso está bien. Es comprensible, claro, conciso. El hombre que conocí en el rodaje me contempla con una sonrisa torcida. No responde. Dejando su asiento de cuero, mi agente se levanta para saludarme efusivamente. 

Yo continúo observando a mi bello extraño con ojos desorbitados. Es todavía más atractivo de lo que recordaba. Nuestras miradas se buscan a través del espacio como imanes. ¿Soy la única que siente la tensión en la habitación? 

–Te presento a Matthew Turner –declara Karl con su énfasis usual. –Se trata de tu nuevo guardaespaldas. 

–¡¿Mi… qué?!» 

*** 

Liz Hamilton tiene veintidós años, es despreocupada, ligera y una famosa actriz acostumbrada al éxito y a estar en la cima del mundo del espectáculo. Su vida se reduce a rodajes, fiestas, entrevistas y a amigos que no siempre son sinceros. Hasta el día en que recibe las cartas de un psicópata. 

Misivas inquietantes, violentas, siniestras. Habituada a moverse en un mundo de lentejuelas y falsos semblantes, ella no le da mucha importancia... hasta que su agente contrata a un guardaespaldas. ¡Y no cualquier guardaespaldas! 

Matthew Turner. Veintiocho años. Ojos verdes que hacen perder la cabeza a cualquiera. Cuerpo de atleta capaz de acelerar corazones. ¡Un hombre que vive la vida plenamente! Entre Liz y su guardaespaldas la relación lanza chispas. 

Ella lo percibe como un espía encargado de vigilar todos sus movimientos. Y él no confía en esta demasiado consentida seductora. Obligados a vivir bajo el mismo techo a pesar de sus prejuicios, ambos tendrán que enfrentarse juntos la amenaza... y a la erótica tensión que aumenta cada día entre ellos.