
“¡Detengan el ascensor!”.
Savannah sacó el brazo para evitar que se cerraran las puertas e intentó oprimir el botón de “puerta abierta” con el dedo al mismo tiempo.
Se le cayó la cartera de las manos temblorosas y el contenido se desparramó por el piso.
“Ya está, gracias”.
Una agradable voz masculina le estremeció la columna.
¡Ay, Dios mío! ¡Era el bomboncito del edificio, y estaba en el ascensor con ella!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡BIENVENIDOS DE NUEVO AL CLUB DEL ATAÚD!
*NO ENVIAMOS LIBROS POR CORREO
*NO DAMOS FECHAS DE PUBLICACIÓN
*POR FAVOR RECUERDA DEJAR MENSAJES RESPETUOSOS EN EL BLOG
*VE A LA PESTAÑA SUPERIOR QUE DICE ATAÚD CON REGALOS PARA ACCEDER A LOS ARCHIVOS